Construcción del Conocimiento Bajo el Paradigma de la Modernidad
By: Frank. A. Sánchez. O
La
ciencia se ha venido desarrollando a través de los años sobre la base de la
epistemología objetivista cuantitativa reflejada en el abordaje ontológico de
magnitudes mensurables, como su objeto particular de estudio. La concepción de
ciencia se encuentra supeditada a una gama de aspectos objetivos que configuran
el sustento cognitivo y el fundamento teleológico de la praxis científica. Los
significados construidos de esta forma imprimen organización, orden y relación
a la observación como método de investigación y dan sentido al ejercicio a los
hallazgos científicos. Este modelo domina la práctica técnico-científica y se
presenta como paradigma que se transmite de generación en generación. Esta
lógica constituye la racionalidad particular instaurada de manera explícita y
enseñada de modo gradual y progresivo en las universidades, generando un hábito
académico-científico, que se incorpora de manera inadvertida a los procesos de
construcción de conocimientos y sobre el que se funda la práctica.
La observación
le debe mucho a la teoría; es por ello, que antes de abordar el estudio de una
realidad, el investigador debería revisar sus enfoques paradigmáticos, sus
métodos, sus conceptos, para poder obtener un conocimiento profundo en relación
con el objeto de estudio, en orden de que emerja un pensamiento creativo,
orientado hacia la búsqueda de conocimientos significativos, sin casarse, ni
amarrarse a paradigma alguno, de manera tal que los procesos mentales
evolucionen en forma libre, espontánea y dinámica, de acuerdo con la naturaleza
y características del objeto de indagación y las condiciones que se presenten
durante la misma.
Desde la
inauguración de la modernidad con la obra de Descartes y las posturas
empiristas inglesas; y especialmente en los últimos tres siglos, el quehacer
científico se fundó en las matemáticas de Newton y Leibniz; estas explicaron un
mundo lineal, mecánico, caracterizado por la repetición de los fenómenos, su
predictibilidad, y sujeción a leyes inmutables. El conocimiento exacto de las
leyes del movimiento y de la configuración del universo determinó el avance del
conocimiento científico, su lógica y su lenguaje. Pero el aporte más denso a
esta forma de construir la ciencia lo hizo Augusto Comte con su Filosofía
Positiva que da origen al paradigma objetivista, cuantitativo y reduccionista
que hoy se retrae. En la actualidad estamos repensando este enfoque
paradigmático porque no responde a visiones complejas de nuestro universo.
Según físicos teóricos contemporáneos el universo es mecánico-cuántico, lo que
implica que, aún conociendo su estado inicial y las leyes fundamentales de la
materia, solo puede concebirse un campo unificado de posibilidades.
La
formación de pregrado y postgrado se caracteriza por el hábito de realizar
investigaciones bajo el paradigma positivista, pero en una forma mecánica o
recetaria de hacer ciencia, sin el suficiente conocimiento epistemológico,
puesto que no se manejan las corrientes filosóficas, enfoques paradigmáticos y
posturas que rigen los procesos del pensamiento para construir la ciencia.
Un buen
seminario de epistemología, podría iniciar a los investigadores en la
interpretación del pensamiento positivista y de otros paradigmas emergentes
como la complejidad, para poder desarrollar procesos de construcción del
conocimiento contable que respondan a una verdadera sociedad del conocimiento
en un contexto de incertidumbre.
El
paradigma positivista se caracteriza por la búsqueda diagnóstica e
investigativa especializada basada en la evidencia y el uso del método de
cuantitativo; este paradigma se basa en la filosofía positivista que fundamentó
los desarrollos científicos en el entendido de que lo científico es aquello que
se puede experimentar, ver, cuantificar, es decir, objetivar. Sin embargo la
evolución de las ciencias se ha orientado hacia la interdisciplinaridad
facilitando la formación de teorías generales de las ciencias que han conducido
a la integración y a la transdisciplinariedad.
Frente
al paradigma de la modernidad insurge la complejidad, enfoque que se originó en
un conjunto de conocimientos teóricos producidos en el desarrollo de las
ciencias, como por ejemplo, la Teoría de la Relatividad, la Teoría General de
Sistemas, la Teoría de la Autoorganización, la Teoría del Caos, la Teoría de la
Incertidumbre y la Geometría Fractal. Estos desarrollos científicos contribuyen
con el desmontaje de los últimos ladrillos del paradigma de la simplificación y
de las visiones lineales.
El
pensamiento complejo-dialógico, tiene como punto de partida una concepción de
la realidad indeterminada, en el cual el desorden es creador, está presente la
no linealidad, el azar, lo incierto, como bien lo dijera Thomas Kuhn en su obra
La Estructura de las Revoluciones Científicas. El investigador reconoce lo
inacabado del conocimiento, por esta razón busca dialogar con la realidad, sin
reglas a preconcebidas. El investigador organiza sus ideas de acuerdo con el
momento y las circunstancias de producción del conocimiento. Lo hermenéutico-cualitativo,
lo analítico-cuantitativo, lo fenomenológico-interpretativo y lo
dialéctico-dinámico se complementan. Este enfoque descansa en tres principios:
el principio dialógico, donde los opuestos se vinculan y complementan; la
recursividad organizada, donde las causas pueden ser efectos y los efectos
pasan a ser causas; el principio hologramático, para el cual el todo está en
las partes y las partes están contenidas en el todo. La teleología de este
paradigma complejo-dialógico, se orienta a la construcción de conocimientos
significativos en los nuevos escenarios cognitivos para los cuales el paradigma
de la modernidad se ha agotado.
by. Frank. A. Sanchez. O
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